Me rindo
Es con un gran pesar en mi corazón, que les anuncio mi retiro de la carrera; el trabajo es demasiado pesado, la ayuda y el apoyo muy escaso, no encuentro fuerzas ni ánimos para seguir adelante. Todo parece que no vale la pena tanto esfuerzo, y luego; están las criticas, las burlas y los malos deseos. Es tanta la presión que creo que es mejor rendirme.
Con más o menos palabras, estás tú en esta situación ahora? En primer lugar, déjame aclararte que esta No es mi carta de renuncia! Lejos sea de mi el desobedecer a mi Señor en lo que Él me ha enviado a hacer; pero el primer párrafo que escribí surge de los pensamientos que muchas veces atacan mi cabeza en mi caminar diario, No solo como Cristiana, pero también como esposa, madre, líder, como mujer de Propósito. No creas que porque yo estoy del otro lado de tu pantalla no me canso, o no soy atacada, o no soy decepcionada, o sobrecogida por el trabajo, las luchas, las pruebas, etc. Si no me cansara, no seria humano (y vaya que soy Muy humana!).
Cuando el trabajo se pone muy difícil, cuando no se ve el fruto de nuestro esfuerzo, cuando las fuerzas faltan y la carga es grande; es natural que sintamos el deseo de rendirnos, pues somos seres finitos con fecha de caducidad. Ya sea que nuestro esfuerzo se vaya en el trabajo, en un proyecto, en la Iglesia, en el matrimonio, los hijos, en mantener la casa limpia, etc; puede ser que nos encontremos en algún momento con la tentación de rendirnos. Y esto, no porque no amemos lo que estamos haciendo, o porque no valga la pena continuar; sobre todo si es El Señor quien nos lo ha mandado a hacer; sino porque nuestra alma también se carga y se cansa, y este cansancio, no es algo que se repara con una buena noche de sueño o un buen plato de caldo de pollo.
Nuestro desgaste mental y emocional, sumado al desgaste físico; pueden hacernos perder la visión de lo que estamos haciendo y del por qué lo estamos haciendo. Nadie que haya llegado ya a la meta puede decir que lo hizo sin ningún esfuerzo o sin padecer; la idea, de que los que ya están ahí son inmaculados; es errónea. Todos pagamos un precio para lograr lo que anhelamos, y hay ocaciones en las que parece que ese precio es más alto de lo que podríamos pagar; pero si otros han podido hacerlo, por qué no tú?
Amiga, estas cansada de la vida que llevas? Encomiéndate a Dios, Él da Fuerzas al cansado (Isaías 40:29-31); hermana, es tu llamado demasiado pesado? Él ha Prometido terminar Su Obra en ti (Filipenses 1:6). Que es lo que te está llevando a rendirte? falta de ánimo, de tiempo, recursos, apoyo, un jefe injusto, un esposo inconverso, no ves los resultados que esperas? Son tantas las razones válidas que pueden haber para rendirte; pero te aseguro que ninguna vale la pena. La Biblia dice que los sufrimientos que podamos atravesar, no son ni lo mas mínimo comparado con la Dicha que sentiremos al haber cumplido con nuestro propósito en El Señor (Romanos 8:18). La respuesta a TODO Siempre está en Dios.
Cuando llega el día de la limpieza en casa, ni siquiera me dan ganas de levantarme (como si la cama pudiese librarme de mis temores); es una lista interminable de que haceres, encima de los compromisos que se tienen que cumplir, a eso agrégale cocina, hijos, e imprevistos, etc. Pero cuando el día se acaba, y mis que haceres y compromisos están todos terminados y en orden, la satisfacción es indescriptible, no sólo porque ya termine, sino también, porque lo hice. Seguro entiendes de lo que te estoy hablando, estoy segura que esto es algo que compartimos todas las mujeres. Precisamente esto es a lo que se refiere Romanos 8:18; que a pesar de que tengamos que atravesar por una dificultad para alcanzar nuestra meta, eso No nos robara la dicha de disfrutarla.
Te mencioné que aún como mujer de propósito, he sentido deseos de rendirme (nadie, absolutamente nadie puede librarse de este acecho; pues hasta Cristo Oró al Padre para que no le sobreviniera tanto castigo por nuestros pecados Mateo 26:39, pero Él No se rindió); y cuando te hablo de propósito, me refiero al Plan de Dios para mi vida, el cuál no es fácil, pero tampoco imposible de alcanzar (pues Dios va conmigo), y que yo sé que Vale la Pena Hacer. De la misma manera, se que hay un Propósito, un Plan específico que Dios diseño para ti; y que cada circunstancia que afrontas en tu vida, te encamina y te prepara para cumplir ese propósito Divino. Lo que estas pasando ahora, es necesario para que actúes mejor después, No te rindas; Dios Nunca se equivoca y si estas en Su Camino, Seguro Llegaras a la meta.
Gálatas 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; que á su tiempo segaremos, si no hubiéremos desmayado.
Tu turno! Cuéntanos: En que áreas de la vida crees que somos más propensas a rendirnos, y cómo podemos sobreponernos a ello? Tienes un Testimonio al respecto, comparte!
Has esta Oración: Padre Celestial, hoy vengo a ti cargada y cansada; reconozco Señor que yo sola no puedo hacerlo todo, aún las circunstancias cotidianas me sobrecogen y me dan ganas de abandonarlo todo. Perdóname por no haber venido a ti antes, por creer que no te necesito en cada aspecto de mi vida; reconozco que dependo de ti para Todo y en Todo; y te pido Señor que me levantes y me des las fuerzas para continuar y terminar Todo lo que tu quieres que haga. Y que me enseñes a Nunca apartarme de ti ni de tu Socorro. En El Nombre de Jesús, Amén y Amén.
Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím.