Que decepción!
El principio de nuevas oportunidades, relaciones, trabajos, proyectos, etc, siempre nos llenan de muchas expectativas; y en la medida que nos adentramos en esta nueva aventura la realidad nos abruma y nos golpea dejándonos saber que las cosas no son siempre lo que esperamos y cuando nuestras expectativas no son alcanzadas, la decepción se presenta y nos arruina la vida. Te ha pasado a ti?
Un trabajo que no es lo que esperábamos, un esposo que no es lo que buscábamos, una amistad que no cumplió con lo que queríamos, cuantas expectativas derrumbadas y en su lugar el sentimiento de fracaso, desconfianza, dolor, arrepentimiento, y cuantas otras emociones se encierran en la decepción de no haber obtenido lo que deseamos; y al encontrarnos en esta situación perdemos la fuerza de seguir luchando y la fe de tener un futuro mejor.
El experimentar el impacto del fracaso de otros en nuestra vida, muchas veces nos lleva a desiertos que son muy difíciles de cruzar, porque cuando la responsabilidad de hacer para mejorar no está en tus manos sino en las de alguien más, nos vemos incapacitadas para poder solucionar los problemas; y eso muchas veces nos pone cargas que nos aplastan a tal grado que es preferible renunciar a cierto privilegio de la vida antes que tener que enfrentar esa situación nuevamente. Te hablo de la mujer que renuncio al amor porque al no esperar en Dios se unió con el hombre incorrecto, de la mujer que al no escoger sabiamente a sus amistades termino en un torbellino de problemas y querellas que ahora le impiden confiar en las personas, de la mujer que se alejó de Dios porque en la Iglesia puso su mirada en el hombre y no en Jesús; y situaciones tales en que preferiste renunciar en vez de perseverar. Esto sucede porque se nos olvida que todos somos imperfectos, ningún humano es capaz de suplir todas nuestras necesidades al pié de la letra, de la misma manera que nosotros no podemos hacerlo por alguien más. Las demandas que ponemos a otros para hacernos felices son a veces demasiado para ellos, porque no nos detenemos a pensar que compartimos la misma humanidad, y que además nosotras mismas somos responsables de nuestra propia felicidad. Tu no puedes depender de que alguien más te haga feliz, aún el que te ama verdaderamente no podrá hacerte feliz siempre; tus expectativas no deben ir más allá de lo que tu misma puedes dar sin dificultad, y aún así no olvides que no todos serán tan fuertes y capaces como lo eres tu, por lo tanto a algunos les será mas difícil hacer o dar lo que a ti se te hace fácil, y algunos otros ni siquiera serán capaces de hacerlo, pero eso no debe ser un motivo para rendirte.
En un mundo lleno de imperfecciones y maldad es imposible no decepcionarnos, pero aun cuando la decepción llegue, no es razón para rendirnos o renunciar; sino al contrario, es una oportunidad para armarnos de valor y no solo sobreponernos ante la adversidad, sino para inspirar y ayudar a otros a continuar y triunfar. Muchas veces es necesario atravesar por el camino de la decepción para aprender a amar, a ser humildes y perdonar; de lo contrario no seriamos capaces de brillar, pues la luz sólo se evidencia en la oscuridad; es necesario sacar lo bueno hasta de las malas experiencias. Mi esposo dice que no hay que envenenar nuestro futuro con nuestro pasado, si algo no salió bien antes no quiere decir que volverá a salir mal si lo intentamos de nuevo; recuerda que en el tiempo y la Voluntad de Dios Todo es Perfecto (Eclesiastés 3:1-15). No tienes que renunciar, lo que debes hacer es poner tu confianza en Dios y Seguir Su Consejo, intentar las cosas de una manera diferente pero intentarlas con la Guía de Dios. No te rindas, no renuncies, dale la oportunidad al Señor de mostrarte un camino mejor; que aunque no será un camino sin dificultades, será un camino seguro y bueno para ti. Si estas pasando por un momento difícil en tu vida, donde la decepción se ha adueñado de tu fuerza ta animo a Buscar a Dios, Él jamás falla y nunca nos decepciona; no te quedes en el piso ni le des cabida a la depresión, tu vida es más valiosa de lo que te puedes imaginar, tu tienes muchas cosas que Dios puso en ti para bendecir a otros, no envenenes tu propio futuro. Si has de llorar hazlo, las lagrimas expresan lo que nuestra boca no sabe hablar pero no dejes que el dolor te paralice y te impida disfrutar todo lo bueno que Dios tiene para ti a travez de otros, y de lo bueno de Dios en ti para ellos.
Hebreos 12:2a Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe…
Tu Turno! Cuéntanos: Como podemos evitar las decepciones? Puedes aconsejar a una amiga que está atravesando por una decepción: Has tenido una experiencia de estas en la que El Señor te ha dado la Victoria, Comparte tu testimonio:
Has esta Oración: Padre Celestial gracias por tu Amor y Fidelidad para conmigo, gracias por hacerme única y especial, gracias por lo que has depositado en mi para bendición a mi vida y a los demás. Reconozco Señor que mis pensamientos no son como los tuyos y que a veces no entiendo tu proceder en mi vida, perdóname por poner mi confianza en las cosas de la tierra en vez de ponerla en ti, quita de mi toda decepción y espíritu de renuncia y Ayúdame a levantarme en tu Nombre para continuar y llegar hasta la meta. En El Nombre de Cristo Jesús, Amén y Amén.
Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím.