Y No como hoja que se lleva el viento...
El carácter es la manifestación de nuestra personalidad, es lo que nos define y diferencia de los demás seres humanos; en nuestro carácter se muestran nuestros pensamientos, emociones, valores morales y fundamento espiritual. Aunque muchas veces se confunde con la expresión de nuestras emociones en momentos de estrés; es importante que evalúes tu carácter y te des a conocer como una persona de carácter firme y confiable y no como una hoja a la que fácilmente se la lleva el viento...
Una mujer de carácter es fácil de admirar, difícil de olvidar, digna de confiar, apta para dirigir y lista para actuar. El carácter es algo que se construye en la medida que crecemos y maduramos, y que es influenciado por nuestro entorno mayormente. El problema es que se ha dado a la mujer una idea distorsionada de lo que su carácter tiene que ser. Una mujer llora por todo, una mujer no es lo suficientemente inteligente para estar a cargo o siquiera para ser tomada en cuenta, una mujer no es capaz de razonar solo de reaccionar, una mujer debe ser dependiente de un hombre, una mujer sólo sirve para estar en casa y ocuparse de ella, etc, etc; y muchos otros estereotipos que se venden como pan caliente en la television, el cine, la música, literatura, la sociedad e incluso (no para mi sorpresa) la religión.
Todo esto ha creado desde hace muchas generaciones la degradación de la mujer como si fuese una raza inferior, lo cual no es el diseño original de Dios (Genesis 1:28), causando que muchas mujeres vivan en esta miseria (y le llamo miseria, porque esto impide que el verdadero potencial de una mujer pueda ser revelado y aplicado para el beneficio de todos). Pero este día remontémonos a ti que lees este blog, y cómo la afirmación de tu carácter puede cambiar y mejorar no sólo tu vida, sino impactar positivamente a quienes te rodean.
Primero que nada quiero decirte que a pesar de que quizá no hayas alcanzado todas los logros que te habias propuesto, no estas derrotada; que a pesar de que te encuentres en una situación difícil y poco grata, no es tu final. Déjame recordarte que Dios tiene un Propósito extraordinario para tu vida y ha de ser Cumplido si tu se lo permites. Reconoce que aunque tu entorno, tu pasado y las personas que han estado presente en tu vida tienen mucho que ver en quien tu eres hoy; tú también eres responsable de ser quien eres. Por lo tanto eres capaz de transformarte en una mejor versión de ti misma y que con la Ayuda de Dios pasaras todo obstáculo.
1 Reconócete a ti misma. Encuentra tu identidad en Dios, no trates de ser quien no eres tratando de encajar o complacer a todo el mundo; eres única e importante no permitas que nadie te robe la gracia de ser tu. Dios te conoce y te Ama desde siempre (Salmos 139:16).
2 Aprende a dominar tus emociones. Uno de los retos más difíciles para una mujer es el poder dominar sus emociones; callar cuando es prudente, mantener la compostura, meditar en las consecuencias antes de actuar, guardar las lagrimas para ocasiones especiales, etc. La cultura popular te dice reacciona- explota- lamenta; la vida no es una telenovela ni un cuento de adas, por lo tanto no puedes actuar de esa manera. No te conviertas en el motivo de comentarios maliciosos, burlas o desprecios por actuar mal antes de pensar. Las emociones están dentro de ti y no fuera, por la razón de que no siempre tienen que ser manifestadas a todo el mundo.
3 Mantente firme en tus convicciones. Una mujer que mantiene su palabra y no se deja convencer fácilmente con palabrería vana, es una mujer digna de confiar y apta para dirigir. Tu vales tanto como te hagas valer.
4 No dependes de un hombre, dependes de Dios. Tu vida no empieza ni termina con la presencia de un hombre, no te aferres a la idea de que necesitas un caballero que te rescate, pues el único dragón que acecha tu vida ya Jesús lo Venció en la cruz del calvario; y Él es el Único en quien necesitas confiar (Salmos 118:8).
5 Quítate el no puedo. O en otras versiones "es que así soy yo" Nada hace a una mujer menos atractiva, que el hacerse la inútil (y digo hacerse porque Todos tenemos la capacidad de aprender, a menos que haya un impedimento físico mayor); Dios nos ha dotado de la capacidad de adaptación, lo que significa que puedes superar las dificultades que se presenten si verdaderamente lo dispones en tu corazón. Quieres el respeto y la admiración de quienes te rodean, hecha fuera el miedo y la conformidad, y fortalecete en El Señor (Efesios 6:10)
6 Fuimos creadas para Muchas cosas Más. Desde el Genesis hasta el Apocalipsis en la Biblia, en los libros de historia, aún en nuestro entorno vemos el ejemplo de mujeres extraordinarias que dejan su hueya por donde caminan; sin duda es una Bendición conocerlas, pero mayor aún sería imitarlas. Tu no eres sólo una persona mas, eres un sueño de Dios y la respuesta a una Oración, sal de la cueva donde te encuentras y cumple para lo que fuiste Creada. (Hebreos 2:7)
Plantate en tierra fértil, hecha raíces profundas, date a conocer por quien realmente eres y lo que vales; se como un árbol que da fruto, sombra, y vida a quienes lo necesitan, y no sólo una hoja que se marchita y es llevada por el viento sin voluntad ni propósito.
2 Timoteo 1:7 Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Tu turno, Cuéntanos: Que cosas crees que afectan negativamente el carácter en una mujer, y que podemos hacer para evitarlo? Cómo puedes ayudar a alguien a definir su carácter? Tiene sun testimonio, comparte!
Has esta Oración: Padre Bueno, te doy gracias por crearme para tu deleite con un Propósito y Valor único, gracias porque me hiciste mujer y me dotaste de muchos regalos maravillosos para mi disfrute y para bendición de otros. Te pido Señor que me Ayudes a afirmar mi carácter en ti y reflejar tu Gloria. Perdóname si hasta este día no me había mantenido firme, quiero ser un árbol que de mucho fruto y no solo una hoja en el viento. Gracias Dios porque yo sé que tu me Escuchas y me Ayudas. Todo te lo pido en El Nombre de Jesús, Amén y Amén.
Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím.