Hablemos en secreto.

Hace varios días que estas ideas me han estado dando vueltas en la cabeza, aunque no es la primera vez que esto viene a mi mente; las cosas que nosotros o alguno de los nuestros vivimos en algún momento pero que son demasiado delicadas o sensibles como para hablarlas abiertamente con cualquier persona, en otras palabras cosas que mantenemos en secreto…

Según el diccionario Secreto es: Cosa que sólo es conocida por una persona o un grupo reducido de ellas y que se reserva u oculta a los demás. Quiere decir que los secretos son verdades de nuestra vida (y por ende parte de ella) que son demasiado dolorosas, vergonzosas, traumáticas, tristes, etc; y que aunque nos causen una gran carga y desconsuelo en nuestras vidas, no somos capaces de compartirlas con otros, pues dañarían nuestra imagen y pondrían en tela de juicio nuestra “buena reputación”.

A que secretos me refiero? Y te pido en el Amor de Cristo no te escandalices de las cosas que voy a decir, porque son cosas de las que nadie se atreve a hablar pero que han pasado, están pasando y lamentablemente volverán a pasar mientras estemos en esta Tierra corrupta (así que si eres muy sensible mejor busca otra lectura). Hablo del dolor y la vergüenza de los pecados pasados que de repente vienen a tocar la puerta para entrar de nuevo, a los cuales en ocaciones sucumbimos nuevamente pero lo mantenemos en secreto por la vergüenza que producen. Hablo de las ataduras a la pornografía donde nadie ve a esa persona tan respetable pero que en lo secreto pervierte su alma, su cuerpo y su espíritu. Hablo de la mujer abusada y golpeada por su esposo (o viceversa, porque también sucede) que aunque haga alarde del “maravilloso matrimonio” que tiene, en lo secreto sufre y se lamenta. Hablo del esposo (o viceversa) que está teniendo un romance “imaginario” con cuantas mujeres se le ponen enfrente pero que no admite su falta porque mientras lo mantenga en secreto no hace daño a nadie. Hablo de las niñas y jóvenes que son abusadas física, psicológica y hasta sexualmente en sus propios hogares, por sus propios familiares o amigos cercanos pero que lo mantienen en secreto por temor, vergüenza y culpa. Hablo de las cicatrices que deja el adulterio en la pareja pero que en vez de buscar ayuda lo mantienen en secreto para no ser juzgados o señalados. Hablo del dolor y el peso que causa la traición de las personas cercanas a ti que en el momento que les convino no solo te abandonaron sino que también te golpearon sin misericordia, pero que lo guardas en secreto porque no puedes hablar mal de nadie. Hablo de la humanidad imperfecta de los pastores y líderes de la Iglesia que se someten a estándares irreales de comportamiento y función por no querer “decepcionar“ a las personas y mantienen en secreto sus dificultades y vergüenzas. Hablo de la frustración y el dolor que causa el no poder lidiar con la depresión y otros males de la mente, pero que se mantienen en secreto para no ser juzgados por otros. Hablo de la vergüenza que causan nuestras incapacidades y dificultades pero que mantenemos en secreto para no ser expuestos a los demás.

Y la lista podría seguir, porque los secretos son tantos… El punto es, que estas cosas son una realidad aún en la vida de los Cristianos porque todos somos humanos, todos (o por lo menos la mayoría) tenemos un pasado antes de Cristo, y porque nuestro enemigo no cesa de buscar robar, matar y destruir (Juan 10:10). En consejería he conocido muchos de estos casos y más, y algunas de estas cosas las he vivido personalmente y me duele pensar que otras personas tengan que vivir con el dolor que causa guardar esta clase de secretos. En ningún tipo de abuso la víctima debe sentir vergüenza por lo que le sucedió al contrario (es el el abusador el que debe avergonzarse de sus acciones) y DEBES buscar ayuda; los pecados que cometimos en el pasado Dios los perdonó desde el momento en que le pedimos perdón y si en verdad queremos Él nos puede hacer libres para que ya no caigamos en ellos; y si volviste a caer busca de nuevo al Señor y vuelve a levantarte (Proverbios 24:16); Si te hirieron en la manera que haya sido y no puedes lidiar sola con esa herida necesitas buscar ayuda, porque toda herida no tratada por mas pequeña que sea se puede infectar y luego causar ma daño. Si los secretos que guardas son por guardar las apariencias, créeme no vale la pena pues al final al único que verdaderamente le interesa tu bienestar es al Señor y a los que Realmente te Aman y ellos jamás te pedirán que seas algo que no eres. Sea cual sea el secreto que guardas y te carga tanto por favor busca ayuda tu no estás sola y no está en ti llevar esa carga, Cristo cuando murió en la cruz no solo murió para perdonar nuestros pecados, sino también para liberarnos el alma; Él quiere llevar esas cargas por ti, pero tienes que entregárselas; no importa cuanto sepas del Evangelio, o cuantos años tengas de estar en Él; a veces esas cargas están muy escondidas en nuestro corazón y otras veces somos muy orgullosos para reconocerlas (Salmos 19:12-13), Acércate a Dios y pídele Ayuda con todo tu corazón, pero también obra en ello; busca consejería con tus pastores, tus líderes, personas de Fe y Testimonio recto, llenos del Espíritu Santo que te puedan guiar, consolar, aconsejar y soportar la prueba contigo como dice la Palabra (Santiago 5:16).

A mi me pasó, por un tiempo guardar un secreto que me causaba enojo, vergüenza, tristeza y dolor; yo creía que podía lidiar sola con eso pero lo único que hacia era ponerme peor cada día; hasta que un día decidí no guardar mas mi secreto y al hablar con una hermana capaz de ayudarme y Orar juntas, todos esos sentimientos malos empezaron a disiparse hasta que mi corazón se restableció. No es que Dios no haya sido capaz de sanarme con Su propia mano sino que a veces cuando le hablamos al Señor de lo que nos lastima nos quejamos tanto y nos hacemos tanto la víctima con Él que no le permitimos hablar para escucharlo, pero al hablar con otra persona nos toca mantener la compostura escuchar a la razón, además esa es una de las maneras del Señor de enseñarnos humildad, al mostrarnos vulnerables a otros que nos Aman y no nos harían daño en nuestra vulnerabilidad (por eso recalco la importancia de buscar ayuda con las personas ADECUADAS).

Yo sé que todos tenemos secretos, y que hay secretos que debemos guardar por honor; pero hay secretos que no se tiene que guardar a solas y para ello está la Consejería y Ministración. Si necesitas Ayuda búscala, no insistas en llevar cargas que Dios ya decidió llevar por ti.

Isaías 61:1 -3 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; 2 a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; 3 a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.

Tu turno! Cuéntanos: Comparte un testimonio sobre como te ayudó la Consejería y Ministración. Si necesitas Oración o consejería escríbenos pastora@mujeredifica.com

Has esta Oración: Amado Padre Celestial, se que tu estás conmigo siempre y que me escuchas cuando te hablo; solamente tu conoces mi corazón y lo mucho que me duelen estas cosas que me han pasado, sólo tu las sabes y no he tenido consuelo de ellas. Te pido Señor dame Libertad, dame Sanidad y Restauración, ya no quiero ser una víctima presa del pasado si tu viniste a Liberarme. Hoy decido perdonar, decido ser Libre y te pido que me guíes en consejo en quién buscar ayuda sabiendo que mi vulnerabilidad no será avergonzada. Yo sé que tu puedes hacerlo. En el Nombre de Jesús, Amén y Amén.

Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím Ministerios Ebenezer Sterling VA.

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