Recuperación.

Cuando perdemos algo de valor para nosotros, seguro que nuestra reacción normal es buscarlo hasta recuperarlo; porque las cosas importantes no se pueden dejar en el olvido o dar por perdidas así nada mas; y es que a nadie le gusta perder aquello por lo que se ha esforzado en obtener.

Pero puede pasar que a veces perdemos cosas muy valiosas en el transcurso del tiempo y de una manera tan sutil, que cuando nos damos cuenta de lo que hemos perdido nos parece que ya es demasiado tarde y tal vez ya no haya manera de recuperarlo. Te ha pasado?

Quizá “se acabó el amor” en tu matrimonio, se “acabaron las ganas de seguir luchando”, “ se acabaron tus sueños”, quizá se “acabó tu pasión por el Señor”. A cuantos de nosotros se nos pueden haber perdido estas cosas (u otras) tan valiosas? Que, como en un pequeño agujero en la bolsa llena de azúcar mientras caminamos con ella, todo su contenido se va derramando sin darnos cuenta y cuando llegamos a casa con ella la encontramos vacía, pues en cada paso que dimos unos cuantos granos se derramaron por el agujero y como el camino era largo dimos suficientes pasos para que la bolsa se vaciara completamente…

Te imaginas? Caminar tanto tiempo en la vida a veces con más de un agujero en nuestra alma y con cada paso, con cada circunstancia que atravesamos ese amor, esas ganas, esos sueños, esa pasión, etc; se nos derramaron y ahora que revisamos nuestra “bolsa” está vacía. Demasiadas veces he escuchado a otras personas decir: “es que se acabó, se acabaron, se perdió” y me confieso, que en más de alguna ocasión yo también he dicho estas palabras, aunque no públicamente, pero lo hecho. Y me he dado cuenta que cuando nos encontramos en esta situación, no necesariamente es porque nosotros mismos ya no podamos hacer nada al respecto, y mucho menos que Dios no pueda! Sino que nuestro pensamiento, nuestra voluntad se ha rendido y ya no queremos continuar. Lo que quiero decir, es que la batalla la damos por perdida en nuestra mente y por ende la perdemos en la realidad.

Estamos viviendo tiempos muy difíciles, donde ha habido mucha perdida, perdidas que son irrecuperables, por lo menos en el sentido humano; pero te recuerdo que Dios no piensa como nosotros, por lo que con certeza te puedo decir que no toda perdida por muy grande que sea es irrecuperable dentro de la Voluntad de Dios. Romanos 8:28-30 Dios tiene un Plan maravilloso para cada uno de nosotros, y ese Plan a veces incluye batallas que a nuestros ojos parecerán perdidas, pero que dentro de la Voluntad de Dios son la antesala a algo Mejor para nuestra vida. A veces vamos a tener que perder algo para obtener algo mejor, y es necesario perder algo para poder Recuperarlo.

Proféticamente este año lo hemos declarado como el año de la Recuperación, es el año en que las cosas perdidas y dadas por perdidas son Recuperadas, el año en que la mano de Dios Obra para devolvernos lo que el enemigo había robado; y no te hablo de esto como si fuera un “deseo” que quiero que se cumpla, No! Te hablo de ello como testimonio de lo que Dios ya empezó ha hacer en mi vida, en mi matrimonio, en mi familia y aún en nuestra Iglesia. Recuerdas la historia de la bolsa de azúcar rota? Sin darme cuenta en mi “bolsa” habían pequeños agujeros por los que ese manjar que Dios me había dado se estaba derramando en mi caminar, pero Dios en Su Perfecto Amor y Plan para mi vida decidió darme lo que había perdido y lo que me había sido robado y ahora lo he Recuperado (incluso mientras escribía estas líneas me dio una muestra más de esa Recuperación en mi casa). Hoy quiero decirte que tu también puedes Recuperar lo perdido, aún cuando ya te habías dado por vencida, aún cuando ya no lo estabas buscando (si ahora puedes pensar en esa cosa a la que ya habías renunciado, eso también lo puedes Recuperar con la Ayuda del Señor). La Recuperación viene, pero no puedes quedarte esperando con los brazos cruzados, tienes que empezar por cambiar tu manera de pensar, cambiar el rumbo equivocado que estabas llevando, tienes que buscar por esos agujeros en tu “bolsa” y pedirle al Señor que te ayude con ellos.

Un matrimonio se puede Recuperar, las ganas de perseverar se pueden Recuperar, los sueños se pueden Recuperar, pero por sobre todo; la pasión por el Señor se DEBE Recuperar porque entonces todo lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6:33). Si cuando pierdes uno de tus calcetines favoritos no dejas de buscar hasta encontrarlo, yo te reto ahora a que no dejes de luchar hasta Recuperar lo que es verdaderamente valioso.

Isaías 58:8 LBLA: Entonces tu luz despuntará como la aurora, y tu recuperación brotará con rapidez; delante de ti irá tu justicia; y la gloria del Señor será tu retaguardia.

Tu turno! Cuéntanos: Comparte un testimonio sobre Recuperación que hayas experimentado recientemente. Que palabras de ánimo darías a una amiga que se ha rendido en la batalla. Si necesitas Oración o consejería escríbenos pastora@mujeredifica.com

Has esta Oración: Señor vengo a ti nuevamente sabiendo que tu eres Fiel y Bueno siempre, tú mejor que nadie conoce mis perdidas y ahora entiendo que algunas de esas perdidas han sido necesarias para poder ganar algo mejor, y algunas otras las has permitido para que yo pueda ver tu Poder y Gracia en mi vida cuando me las devuelvas. Yo declaro que este es mi año de Recuperación y que de acuerdo a tu Plan Perfecto para mi vida será hecho, y mientras es hecho te pido que me des la Fuerza, el Valor y Sabiduría para perseverar hasta Recuperarlo. En el Nombre de Jesús, Amén y Amén.

Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím Ministerios Ebenezer Sterling VA.

Previous
Previous

Quién me Ama?

Next
Next

Hablemos en secreto.