Quiero que me vean

Siempre que mi hija de 4 años aprende una nueva cosa, quiere que todos en la casa la veamos y celebremos sus logros, en ocasiones estamos teniendo conversaciones con nuestras hijas grandes, digamos conversaciones de adultos en las cuales una niña de 4 años difícilmente puede participar; sin embargo, ella siempre presta atención y cuando escucha alguna palabra que ella entiende interrumpe la conversación para también dar su punto de vista. A ella le encanta ser el centro de atención! Y aunque esto es muy normal en todo niño, no es algo que nosotros como adultos tengamos que enseñarles pues pareciera ser que es una de las características innatas del ser humano; y aún cuando somos adultos ese deseo de ser el centro de atención no cambia, porque todos nosotros (aunque no lo digamos en voz alta) queremos que nos vean.

Ese es el tema que quiero compartirles este día, es la idea que me ha estado dando vueltas en la cabeza por un par de semanas ya; Quiero que me vean! Y no lo digo como una referencia personal, hablo a nombre de todos; porque en algún momento de nuestra vida o en alguna situación en específico todos queremos ser vistos, queremos ser escuchados, queremos ser tomados en cuenta, queremos ser el centro de atención de alguien, así lo queramos aceptar o no. 

Cuando Dios nos creó puso dentro de nosotros esa necesidad de pertenecer, de comunión; Dios dice en Génesis 2:18 que no es bueno que el hombre esté solo; desde el principio fuimos creados para estar acompañados y ser considerados por otros.

Sin embargo esa necesidad de ser vistos y escuchados aunque es natural en los seres humanos, se puede también convertir en una carga e incluso un arma de destrucción; porque al no sentirnos valorados o considerados por las demás personas, al no ser siempre el centro de atención para alguien a quien nosotros admiramos nos puede llevar a la tristeza, a la decepción, al desánimo o incluso depresión; te ha pasado?

Son incontables las ocasiones en las que he escuchado ésta lamentable situación, de personas que probablemente lo están dando todo de su parte, están dando su mejor esfuerzo, han alcanzado logros excepcionales en su vida o área de trabajo pero al no ser el centro de atención para alguien en específico su mundo se desmorona y ya no importa el éxito que alcanzó, tampoco importan las otras personas que celebran su Victoria, porque no se siente vista, escuchada y valorada por alguien en específico. Es triste ver cómo el sabor de una victoria se puede amargar tan fácilmente. 

Quizás en tu trabajo lo estás dando todo sin embargo tu jefe no lo aprecia, quizás en la Iglesia te estás esforzando de todo corazón y el pastor o los hermanos no lo han visto, incluso puede ser que en casa no recibas los aplausos y los ánimos de seguir esforzándote en lo que haces; Y entonces? ¿Deberías renunciar y abandonarlo todo? ¿Deberías darte por vencido y ya no continuar? Como diría el Apóstol Pablo: De Ninguna Manera! El que no seamos el centro de atención para las personas todo el tiempo no significa que lo que estamos haciendo no vale la pena nuestro esfuerzo y sacrificio, y si prestas atención probablemente no es que a los otros no les importe tu esfuerzo, sino que, no siempre van a poder darnos la misma atención que yo le doy a mi hija de 4 años; por otro lado, también puede ser que nos equivocamos y buscamos ser el centro de atención para alguien que no sabe amar, por lo tanto no sabrá ver ni escuchar. La Biblia dice en Jeremías 17:5 DHH El Señor dice: Maldito aquel que aparta de mí su corazón, que pone su confianza en los hombres y en ellos busca apoyo. 

Este puede ser el principio del problema: Buscamos ser escuchados, tomados en cuenta, considerados, vistos por las personas y no por el Señor. El Apóstol Pablo dijo en Romanos 14:8 NVI Si vivimos, para el Señor vivimos; y, si morimos, para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos o que muramos, del Señor somos. 

Esto es importante porque si lo entendemos y lo tenemos presente pondremos toda nuestra confianza en Dios y no en los hombres y entenderemos que todo lo que hagamos en esta tierra mientras estemos vivos es para darle Gloria a Dios, es para alegrarlo a Él, es porque somos el centro de Su atención.

Verás mi estimada amiga, hermanos que están leyendo esto, no siempre vamos a recibir de los hombres el aplauso que inconscientemente buscamos (y específico que es inconsciente porque es una parte natural de nuestra humanidad y no es pecado quererlo; pecado sería sí es lo único que buscamos, sobre todo si queremos robar el aplauso que le corresponde a Dios) esto es porque ya no tenemos 4 años y porque cada uno de nosotros está buscando ser mejor cada día peleando sus propias batallas y porque a veces lamentablemente estamos rodeados de personas que no saben amar y no se alegran de nuestras victorias; si nos enfocamos sólo en ellos perderemos el sentido de la vida, nuestros ánimos se desgastaran y ya no querremos seguir adelante; pero si ponemos nuestra mirada en Dios y entendemos que la mirada de Dios está en nosotros todo el tiempo, nuestro Buen Padre celebrará y aplaudirá cada una de nuestras victorias de una manera más significativa de la que yo puedo celebrarle a mi hija de 4 años; y esto nos dará la fuerza suficiente para seguir adelante aunque los otros no nos vean.

Todos queremos ser vistos; yo también quiero que me vean, que me escuchen, que me entiendan, que me consideren; es algo normal, pero e aprendido que la atención más importante que puedo recibir es la de Dios primeramente, la de mi esposo y la de mis hijas porque son las personas que después de Dios más me aman en esta tierra; recibir la atención de los demás es un privilegio que con mucho honor disfruto después de que mi necesidad de atención ha sido suplida por Dios y mi familia. Te comparto esto porque sé que en algún momento te puedes sentir desvalorada, menospreciada, desconsiderada porque nadie sabe verdaderamente todo el esfuerzo, pasión y amor que le pones a lo que haces, por lo tanto muy difícilmente las personas podrán reconocerlo y celebrarlo, pero en este día te animo a recordar que tu confianza debe estar en Dios y que tu vida es para Dios, Y si dejas que Él supla tu necesidad de ser vista podrás estar en paz y disfrutar mejor tus logros, aunque los que están a tu alrededor No te vean.

Salmos 116:2 DHH Porque me ha prestado atención. ¡Toda mi vida lo invocaré!

Tu turno! Cuéntanos: Alguna vez quisiste renunciar porque sentías que a los demás no les importaba tu esfuerzo, como afrontaste esa situación? Estás pasando por un momento similar y estás pensando en rendirte, No lo hagas! Tu eres importante y tu trabajo es necesario; Si necesitas Oración o consejería al respecto de este tema o cualquier otra situación escríbenos pastora@mujeredifica.com

Has esta Oración: Padre Celestial te doy Gracias por tanto Amor, Gracias por hacerme una persona importante, perdóname si a veces lo olvido y busco la aprobación de las personas para sentirme importante, perdóname por no valorar el hecho que para ti soy el centro de atención y que nadie se alegrará más de mis logro que tu. Te pido Señor que me ayudes a tener siempre presente que tu opinión es la más importante en mi vida y que aunque a veces los demás no valoren lo que hago, tu siempre estarás honrado de que en mi vida se refleje tu Obra. En el nombre de Jesús Gracias, Amén y Amén.

Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím Ministerios Ebenezer Sterling VA.

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