Noble Labor

Los niños son el futuro de nuestro país, cuántas veces hemos escuchado este dicho el cual es bastante certero; pero no es algo que deberíamos de tomar a la ligera pues para que el futuro sea bueno debemos poner todo nuestro esfuerzo en que el presente sea la base correcta para ese futuro. A lo que me refiero, es que el trabajo que hagamos ahora cómo padres y en especial como madres para nuestros hijos, es lo que definirá qué tan bueno será el futuro de nuestros hijos y por ende de nuestra nación.

Lamentablemente son bastante normales en nuestra sociedad hoy en día los hogares fragmentados, en los que por lo general la única figura de autoridad,  provisión y protección es la madre. Ya sea  porque el padre nunca estuvo presente la vida de los hijos, o porque en cierto punto decidió ya no ser parte de ellos debido al fallo en la relación de pareja; y lo más común es que la madre se quede con los hijos (quizás tú que estás leyendo esto ahora eres una de esas madres)  y entre  las responsabilidades de criar, proveer, cuidar, y educar a los hijos muchas veces las fuerzas pueden faltar, o el afán de todas estas cosas, especialmente en este país, pueden hacer qué la madre pierda el enfoque de lo que verdaderamente es más importante en la vida de los hijos. Y es que ser una buena madre no se trata solamente de proveer económicamente para los hijos, el ser una buena madre requiere un sacrificio extraordinario físico, emocional y espiritual. El ser una buena madre es una Noble Labor.

 Este día yo quiero dirigirme a todas nosotras mujeres y madres (ya vendrá el turno para los papás), para recordarte qué el privilegio que Dios nos ha dado de traer vida a este mundo, y ser colaboradoras en forjar esas vidas para prepararlas para el futuro es una Noble Labor. 

Ya sea que por la Gracia del Señor la estés llevando a cabo junto a tu esposo o de una manera más dificultosa por ti misma quiero animarte a que no te rindas. 

Cuándo nuestros hijos están pequeños es relativamente fácil el poder orientarlos, disciplinarlos, ayudarlos e incluso entenderlos aún cuándo quizás no puedan hablar claramente. Pero en la medida que crecen  esas labores se hacen quizá un poco más difíciles, sobre todo cuando no hemos sentado la base adecuada durante los primeros años de vida. Cuando los niños llegan a la etapa de la adolescencia se enfrentan a cambios y a ciertas crisis de identidad que les hacen difícil el poder conectarse aún con esa persona qué siempre ha estado ahí para ellos. Hace poco veía un video en el que el entrevistador detenía a las familias con niños pequeños en la calle y les preguntaba a los niños: a quién quieres más, a tu papá o a tu mamá? Algunos de ellos ya más grandecitos muy correctos contestaron: a los dos; pero los niños más pequeños sin titubear dijeron: a mi mamá. Pero el entrevistador acorralando a los niños que habían contestado “a los dos” al exponerles una situación de tener que escoger a uno de sus padres sin dudar por un momento dijeron: a mi mamá. Estoy segura que todos los padres que vean ese video dirían: “qué injusto” Pero la verdad es qué las respuestas de estos niños tienen una razón de peso: y es el hecho de que durante los primeros años de vida la persona encargada de nutrir todas las necesidades de un niño y procurar que ese niño se mantenga con vida es la mamá. Para nuestros hijos somos más que una máquina de limpieza y entretenimiento, somos más que la cocinera personal y la arréglalo todo; durante sus primeros años para nuestros hijos somos su lugar seguro, su  fuente de amor incondicional, su superhéroe, somos su todo. Es por eso qué es tan importante que mientras ellos están pequeños nos aseguramos de cumplir con nuestra labor de la mejor manera posible. Porque nuestros hijos van a crecer y un día van a empezar a notar nuestros errores, van a darse cuenta que ellos también pueden hacer muchas cosas, van a empezar a tomar su propio camino y cada vez “nos van a necesitar menos” Y si no les enseñamos que a pesar de lo capaces que ellos puedan ser nuestro amor incondicional estará ahí siempre para ellos, si no les enseñamos ahora a escuchar consejos, si no les enseñamos el respeto, pero sobre todo si no les enseñamos el temor a Dios; no solamente nos van a necesitar menos, sino cada día se alejaran más y más. Es muy triste cuando una mamá se acerca a pedir ayuda con sus hijos adolescentes porque ya no sabe qué más hacer con ellos, es muy triste ver jovencitas de 15 años embarazadas, niños de 13 años con conductas violentas y hasta criminales, es algo muy doloroso ver a un jovencito de 18 años cometer una masacre en contra de un grupo de niños de cuarto grado. Yo no quiero que te sientas acusada mientras lees esto, porque entre las mamás yo soy la primera en admitir que he cometido muchos errores con mis hijas pero qué la Gracia y Misericordia de Dios me han ayudado hasta este día para criar a mis hijas; lo que yo quiero compartirte hoy es que hoy es el día perfecto para dejar de cometer los errores que estabas cometiendo con tus hijos; que hoy es el día perfecto para retomar nuestra Noble Labor como madres.

Pero no podremos hacerlo lejos de Dios, por eso quiero invitarte que ya sea que estés compartiendo la responsabilidad de criar a tus hijos con tu esposo o lo estés haciendo sola, que busques a Dios y lo pongas a Él primero en tu vida, qué estudies la Biblia y te llenes de la Sabiduría que hay en ella, porque es esa Sabiduría la que nos ayudará a nutrir el presente de nuestros hijos de manera tal que su futuro sea brillante. No menosprecies el privilegio que Dios te dio de ser madre, el trabajo es importante, tener tiempo para ti es importante, tu esposo es importante, y estoy segura que hay muchas otras cosas que son importantes en tu vida; pero no olvides que tus hijos te necesitan, sobre todo si están pequeños, porque tú eres su todo. Y si queremos que cuando ellos crezcan nos permitan ser parte de su vida y realizar esta Noble Labor el tiempo de actuar es hoy.

Proverbios 31:28 LBLA Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada.

Tu turno! Cuéntanos: Tienes algún consejo referente al tema que quieras compartir, Comparte! Cómo crees que podemos mejorar nuestra labor como madres? Escríbenos queremos Orar por ti; no estás sola y recuerda que Dios tiene mucho más para ti. pastora@mujeredifica.com

Has esta Oración: Amado Dios, Gracias por el Privilegio que me has dado de ser madre, reconozco Señor que este trabajo es una Labor Noble que me has encomendado para forjar un futuro mejor para nuestras generaciones por venir. Te pido perdón Señor por los errores que he cometido al criar a mis hijos, y te pido que de este día en adelante me ayudes a ser una mejor mamá; ayúdame Señor a bendecir a mis hijos de manera que ellos me llamen Bienaventurada, y yo pueda dar una buena cuenta por ellos. En el nombre de Jesús Gracias, Amén y Amén.

Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím Ministerios Ebenezer Sterling VA

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