No te rindas!

Qué difícil es continuar cuando las cosas no salen como uno quiere, pero todavía más difícil es, cuando no solamente las cosas no están saliendo bien, sino qué los se levantan en nuestra contra (a pesar que aunque nuestra lucha no es contra carne ni sangre) en muchas ocasiones, pueden ser el motivo por el cual no alcancemos nuestra bendición; y que todo el trabajo y esfuerzo que hemos hecho para llegar a donde estamos se quede en el olvido, si es que decidimos rendimos.

Todos en la vida pasamos por dificultades; y muchas veces tenemos que sobreponernos a pruebas que parecen imposibles de vencer, pero la fuerza de voluntad y resolución de salir adelante pueden llevarnos muy lejos. Pero cuando la oposición nos muestra su rostro y ese rostro resulta ser alguien conocido;  esa fuerza de voluntad que parecía hacernos imparables puede desaparecer y hacernos caer en el pozo del: Por qué? 

Nos puede pasar qué ponemos todo nuestro esfuerzo y dedicación a un proyecto, a una relación, o privilegio; pero no siempre el éxito de lo que estamos haciendo depende exclusivamente de nosotros, sino que en ocasiones hay otras personas involucradas y que quizás no se han comprometido de la misma manera que lo hemos hecho nosotros. Entonces empiezan a surgir las dificultades, los reclamos, las críticas, y cuando el barco empieza a hundirse son los primeros en escapar en los botes salvavidas; pero nosotros como capitán del barco no nos podemos dar es el lujo. ¿Qué hacemos entonces? ¿Nos rendimos, renunciamos a nuestros sueños y metas? La respuesta es: No!

Siempre la salida más fácil cuando las cosas se ponen difíciles va a ser rendirnos, va a ser abandonarlo todo y dejar tirado aquello por lo cual nos hemos esforzado tanto; pero hay un punto muy importante qué debemos de tener en cuenta antes de saltar por la borda del barco. Y es que si el sueño por el que estamos trabajando nos lo dio Dios, vale la pena seguir adelante, si los planes que estamos realizando vienen de parte de Dios, Él mismo se encargará de que los realicemos; no depende de que las personas estén con nosotros o no, no depende de cómo se vean las cosas ahora, ni de tus capacidades; las Promesas de Dios son sí y Amén (2 Corintios 1:20).

Este día más que contarte una historia en la que tú y yo podamos relacionarnos, vengo a darte una palabra de ánimo y a decirte No te rindas! Sea cuál sea las circunstancias que has estado atravesando, vale la pena seguir adelante la carrera; puedes equivocarte y tropezar, puedes cansarte e incluso detenerte por un momento, pero no te rindas. Antes de que empezaras la jornada en la que estás ahora Dios te mostró la meta ¿puedes recordarlo? Esa visión, la que te inspiró a empezar el viaje, así como le viste entonces te invito a verla ahora; esa meta sigue estando ahí, ese sueño sigue estando ahí, el cumplimiento sigue siendo tuyo, no te rindas!

No pierdas el tiempo desviando tu mirada en otra dirección, ni tampoco te frustres por la falta de visión que los otros tienen, no los culpes de no poder ver la visión que se entregó a ti no, te vuelvas una víctima de esos pensamientos de derrota. Levántate y anda, Dios aún no ha terminado contigo y quiero invitarte a que si habías pensado en rendirte, hagas de este día el momento decisivo para avanzar. Recuerda que Dios tiene un Propósito contigo y aunque Él podría cumplirlo a través de cualquier otra persona en este mundo, Él te escogió a ti precisamente para hacer esto.


Gálatas 6:9 NBV Así que no nos cansemos de hacer el bien, porque si lo hacemos sin desmayar, a su debido tiempo recogeremos la cosecha.

Tu turno! Cuéntanos: Tienes algún testimonio referente al tema que quieras compartir, Comparte! Quieres animar a una amiga a que no se rinda? Escríbenos queremos Orar por ti; no estás sola y recuerda que Dios tiene mucho más para ti. pastora@mujeredifica.com

Has esta Oración: Amado Padre muchas gracias por tu Fidelidad. Yo sé Señor que siempre puedo contar contigo aunque los otros me abandonen, te pido que me ayudes a continuar y a llegar hasta donde tu quieres que yo llegue. Gracias porque yo sé que los sueños que tengo me los diste tu, y que tú harás que sean una realidad; gracias por escogerme a mí para cumplirlos. En el nombre de Jesús Gracias, Amén y Amén.

Pastora Susan Cruz, Casa de Oración Elohím Ministerios Ebenezer Sterling VA

Previous
Previous

Una Gran Necesidad

Next
Next

Sin miedo a lo porvenir